Esta Novela...

Es una de mis historias...

El personaje del Bucéfalo esta inspirado en una pintura de Therese Nielsen titulada Nightmare.

Dedicatoria

Para todos aquellos que se han convertido en aquello que temen;

para todos los que lograron superar su infierno.


Nightmare of Therese Nielsen
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Preguntas o Comentarios


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martes, 6 de noviembre de 2007

Así como soy… La pesadilla de fuego y azufre

El sabor óxido de la sangre, la sensación fervorosa y culposa de matar, asesinar para sentirse vivo, para que al final la conciencia pierda terreno en esta maldición demoníaca; sus pensamientos corrían tan rápido como sus piernas, debía esconderse, se estaba transformando, debía buscar un lugar oscuro, la cueva que le recordaba lamentos de seres inocentes, el demonio en su interior le clamaba sus necesidades, el sabor óxido de la sangre… perdió de vista su entorno, su sed lo condujo hasta ahí, había demasiada humedad en ese lugar.

Abrió los ojos apenas pudo, y mientras recupera la noción de donde estaba notó que todo estaba iluminado, increíblemente alucinado para su sorpresa, su aspecto era una realidad, la naturaleza de la bestia, pero contemplada desde su perdición, de un pueblo al poniente de Nicea que se levantada en llamas, Bucéfala, la tierra donde en algún momento llegó a comprender lo que ahora estaba sintiendo, lo que ahora estaba oliendo y destilando por los poros de su piel encuerada; óxido y herrumbre, la sangre tomada y los corazones devorados de sus víctimas, evaporaba muerte por el fuego que consumía su espíritu y su cuerpo.

Su sombra le trajo de vuelta sus recuerdos del monstruo que era por dentro, evocando a la vez, una voz quebrada y ronca con aires del Caronte esclavo de Hades, las palabras que alguna vez perseveraron en su mente durante decenas de travesías de Apolo por el firmamento.

Ya he visto los ojos de mi deceso,
por que ya he estado en el Hades,
dormí en su casa y no pude salvarme.

Su piel se volvió de un profundo negro como el inerte miedo de estar perdido en el Estrecho de Mesina cuando presenciamos en pleno mar un novilunio, sus clisos se convirtieron en el portal del infierno dado las cientos de almas devoradas por él que se disipaban mientras volvían a aparecer por las llamas que despedían sus clisos, y finalmente su crin se incendió al igual que su larga cola y sus cuatro pezuñas, su endemoniado ser ardía en su propia hoguera, de los orificios de su nariz las llamas acompañaban sus bramidos infernales, su cuerpo es ahora su destino póstumo, la esencia inobjetable de su designio.

Con un trote que iluminaba el paso de la cueva y que quemaba las raíces de la montaña, a la vez que el azufre de sus ojos dejaba su huella en el aire, salió desde el Infierno del Bucéfalo con el fin de darte sentido a su existencia.

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