Lo reconfortante radica en que terminara mañana, todo el cansancio de estos días se acumuló en más odio hacia su víctima porque le llegara el fin junto con el del Bucéfalo, que ahora además le teme a la noche, antes la luna y las estrellas servían de medicina para el corazón, mas en las sombras no puede reconciliar el sueño, ya no es placentero dormir y sus lágrimas se plasman inmóviles en sus clisos atormentándolo por desconocer su caída.
Pisa la tierra húmeda del pantano que está a la salida de la cueva, con una seguridad abrumadora, sus huellas son fiel reflejo de su edad pero las criaturas se esconden fuera de su vista y susurran al viento palabras indescifrables con ojos grandes, redondos y tan llenos de recelo como gotas en las nubes; aún le tiemblan las rodillas y se siente el miedo que transpiran sus poros.
- Un ser ordinario como cualquier otro que quiere escapar de su destino.
Se repite a sí mismo con cada larga zancada evitando inútilmente el agua que se encuentra estancada debido a lo mohoso del suelo.
viernes, 9 de noviembre de 2007
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